El día más importante de la Revolución de Mayo
Fue para muchos historiadores el día más importante de la Semana de Mayo. Allí comenzó nuestra historia
Para los historiadores, el "22 de Mayo" fue el día más importante que tuvo la Semana de Mayo y que derivó luego en lo que daría origen a la Revolución y al surgimiento del primer gobierno patrio.
El clima que reinaba en las calles (en ese momento de adoquines o tierra) era tenso.
Juan José Castelli y Martín Rodríguez se reunieron el 19 de Mayo con el entonces Virrey Cisneros y luego le manifestaron ante el Cabildo su petición de que se convocara a un Cabildo Abierto, ya que los reclamos y las quejas de vecinos y comerciantes de la época eran tantos que no habría otra forma de solucionarlos.
Las ideas libertarias y revolucionarias corrían por todo el continente en forma inmediata.
Esto motivo que el día 20 de mayo el Virrey Cisneros se da cuenta que ya no tiene el apoyo siquiera de las fuerzas militares, y que el pueblo le exigía su renuncia al cargo, ya que no pudo lograr las peticiones y reclamos que los vecinos de Buenos Aires le exigían a la Corona Española.
Ante del derrumbe inmediato de su poder, Cisneros hizo conocer una proclama, donde se reivindicaba la lealtad de Buenos Aires hacia el Rey y restaba poder de decisión al Cabildo que sólo representaba a la Capital y no a todo el virreinato, ni menos aún, al resto de los virreinatos.
Esto encendió el reclamo popular y se lo tomó en la época como "un ninguneo", lo cuál caldeo más la situación a tal punto que el 22 de mayo de 1810, presionado por los criollos liderados por Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano, y sin contar con el apoyo de las milicias, el virrey Cisneros convocó la reunión de un Cabildo Abierto.
¿Qué quería este Cabildo Abierto?
Con España en crisis, la autoridad local no tenía mucha injerencia sobre sus dominios y esto se hizo evidente rápidamente en Buenos Aires.
El objetivo de la reunión era tomar una decisión sobre la continuidad en el cargo del Virrey, ante los sucesos acontecidos en España, ya que el Rey, Fernando VII, estaba prisionero de los franceses y por lo tanto, Cisneros no tenía referente en la toma de sus decisiones, ya que él ejecutaba las órdenes provenientes de la Metrópoli, cuyo mando estaba acéfalo.
Como España siempre estaba inmiscuida en alguna guerra, el derecho español (la ley soberana de aquellos años) preveía como legítima la reunión de un Cabildo Abierto, ya que estaba establecido que cuando se producía la vacancia del trono, la soberanía volvía al Cabildo, organismo que representaba al pueblo.
Y así, el Cabildo volvía a reunirse con aires de soberano, de libre. Pero tampoco es que en ese Cabildo participaban todos.
En el Cabildo Abierto se reunían los vecinos, que debían cumplir una serie de requisitos para ser considerados tales.
Se debía tener casa poblada, armas y caballo y su residencia debía datar de una serie de años, sin ausencias, ya que en tal caso se debía dejar a algún hombre con condiciones similares en su reemplazo, debiendo cada vecino contribuir a la defensa de la ciudad.
Como beneficios contaban con franquicias y permisos comerciales y del sistema de encomiendas, pudiendo desempeñar cargos en el Cabildo, previa petición y aprobación que se hacía constar en un libro.
Cuentan los libros de historia que a esta sesión especial "concurrieron 56 militares, 4 marinos, 18 alcaldes de barrio, 24 clérigos, 20 abogados, 4 escribanos, 4 médicos, 2 miembros de la audiencia, 2 miembros del Consulado, 13 funcionarios, 46 comerciantes, 18 vecinos y 15 personas sin calificación" y que de esta reunión comenzaría a surgir nuestra propia Patria, la que juraría la Independencia mucho después, el 9 de Julio de 1816.
Totalizaron 251 concurrentes, a pesar de que se proyectaron 600 invitaciones, que se vieron reducidas por vía de selección a 450, y por presión de los criollos, muchos concurrentes se vieron imposibilitados de acceder a la Plaza.
El abogado Juan José Castelli se pronunció por la soberanía del pueblo de Buenos Aires, lo cuál generó diferencias entre los presentes. Otros, por el contrario, sostenían que debíamos seguir recibiendo ordenes de España e incluso esperar a que la situación se aclare para ver que hacer.
La votación se realizó en forma pública. Por la destitución del virrey se expresaron 162 votos y 64 por su continuidad, cuyo recuento por lo avanzado de la hora se realizó el 23 de mayo.
La fórmula más votada fue la de entregar el mando al Cabildo de la capital, quien establecería el modo de designación de una Junta, posición que coincidía con la opinión de Cornelio Saavedra.
La historia se encargaría de contarnos el resto, pero cuando la revisamos, vemos que los problemas, las internas, los intereses económicos, y las visiones del interior y del exterior, parecen ser las mismas que hace más de 200 años.
La pregunta que nos hacemos....¿hemos aprendido algo?
Por momentos parece que no. Que solo se festeja otro aniversario de la Revolución de Mayo, se comen comidas típicas y pronto festejaremos otro aniversario de la Independencia, pero lamentablemente el país sigue siendo el mismo, con los mismos problemas y diferencias que dieron vida a su fundación.
Para pensarlo...mientras disfrutamos de un buen locro y un vino tinto mendocino.