Termina Febrero....y al Verano no le queda nada. Se viene el Otoño
El verano está llegando a su final. El otoño promete caída de hojas, cambio de pelaje, etc etc ¿Será?
Nos acercamos a otro año nuevo para quienes vivimos en el hemisferio sur. Si seguimos la tradición de los pueblos originarios, la llegada del nuevo año se celebra entre el 21 y 24 de Junio, cuando el calendario solar maraca el inicio del solsticio de Invierno.
La astrología y la astronomía fueron disciplinas importantes para desarrollar y promover el conocimiento en el pueblo mapuche y en todos los pueblos originarios del continente americano.
A través del análisis y el estudio sistemático, los pobladores lograron interpretar los movimientos del sol y de los astros. También comprendieron los cambios que se producen en las personas y en la naturaleza en general a partir de tales movimientos.
De esta manera, pudieron determinar exactamente el inicio y el término de cada año. La naturaleza y la tierra tienen una lógica de evolución y su comprensión permite determinar el comienzo y el cierre de cada etapa.
La celebración más importante de los pueblos originarios del hemisferio Sur es el “We Xipantu” o “Nquillatún”, un término mapuche que significa “año nuevo” o “salida del nuevo sol”. Esta fiesta coincide con el Inty Raimy (de la tradición inca), evento que también indica al sol como fuente de renovación y sabiduría. Durante la ceremonia, se le agradece y se elevan ruegos.
En nuestro hemisferio, el invierno llega cada 21 de junio y su arribo coincide con el solsticio de invierno. En este punto, se produce un alejamiento de la tierra respecto del sol. Esa fecha marca el día más corto y la noche más larga del año. Puntualmente, para el pueblo mapuche, en este momento se termina el período de cosecha y comienza una nueva época de siembra.
Este pueblo tiene una concepción cíclica del tiempo: el sol nace cuando llega el invierno; en primavera se convierte en adulto; durante el verano envejece y muere en otoño. Es un proceso de cambio y evolución que comparte la naturaleza en general.
El 23 de junio, por la noche, comienza la ceremonia. Todas las familias se reúnen frente a un gran fogón para escuchar los relatos de los miembros más viejos del grupo. Claro que no faltan los platos típicos para degustar, especialmente preparados para el acontecimiento.
Durante las primeras horas del día 24, todos (niños, jóvenes y ancianos) se arriman al arroyo o río más cercano para bañarse y realizar un ritual de purificación. El objetivo del rito es estar limpios de cuerpo y espíritu antes de recibir el nuevo sol y, por ende, también al año nuevo.
Luego del baño, se realizan rezos individuales y grupales para dar inicio formal a la celebración. Al regresar a sus hogares, las familias van tocando instrumentos típicos y bailando para festejar el comienzo del año.
Hay muchas actividades que se realizan cada 24 de junio, depende de la comunidad. Puede incluir bautismos, juegos populares, ceremonias e incluso las niñas mayores de 6 años pueden hacerse orificios en las orejas para usar aros, símbolo de abandono de la niñez.
En definitiva, se trata de una fecha cargada de emotividad y alegría. Cada actividad tiene como fin fortalecer el espíritu de hermandad de la comunidad. Durante los últimos años, las fiestas se han abierto a turistas extranjeros, chilenos y argentinos en general.