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#Invierno en la Ciudad de a furia.... ¡Mirá los barrios!

Los barrios nos cuentan todos los días como son y que cosas tienen para mostrarnos. Hermosos como siempre

¡Qué linda es Buenos Aires!

Y en Invierno, cuando hace frío y te tenés que abrigar, y llueve un poco más, y todo esta frío, y los cafés humean sus aromas.....

A menudo me preguntan quién soy. Lo difícil es contarlo. Una gran ciudad, podría decirse, para empezar. Soy todo lo que quieras que sea, de eso se trata Buenos Aires. Soy el lunfardo, las malas palabras, la risa y la ironía, pero también me vuelvo culta si la situación así lo requiere.

Soy la Costanera Norte, con su aeropuerto y muelle de pescadores. O la literatura de Borges en los laberintos del antiguo barrio de Belgrano. Soy Palermo , con sus bosques y lagos, su Rosedal y Planetario, pero soy lejos, “por una cabeza” -como dice el tango, sus apasionados burros y burreros. Soy el lujo de la Recoleta , sus museos, calles y cafés, y su turístico cementerio. Soy el Retiro de todos cuando el gran reloj marca las 5 y las enormes torres reflejan con sus espejos el sol que pierde sus fuerzas y los trenes se despiden hasta mañana a la misma hora.

Y soy el Centro , que me ha hecho famoso mundialmente. Con la 9 de Julio y su Obelisco que, paradójicamente, Gardel no conoció. La famosa avenida Corrientes, con sus teatros, cines, librerías y pizzerías. Soy el teatro Colón, la Plaza de Mayo, el Cabildo, la Rosada y el Congreso. La francesa avenida de Mayo o las populosas Lavalle y Florida. Soy la rutina para los oficinistas, el café del gallego de la esquina, las medialunas, el tostado de jamón y queso, el tránsito, el tráfico, la gente, los bancos, las 3 de la tarde. Pero también soy el microcentro con sus escotes, tacos y minifaldas, el lado bueno y femenino del caos que tiene toda gran ciudad.

Soy el Abasto de Gardel, los conventillos y el arrabal. Y más al sur soy San Telmo , con sus tanguerías, cafés y su milonga con lamparitas de colores los domingos por la noche en la Plaza Dorrego , pero también hablan de mi Boca , de su viejo puerto y sus casas de chapa de colores, del pasaje Caminito, de la Bombonera y de mi amigo “El Diego”, el más famoso de todos. Y soy el Río en la espalda cuando eligen ignorarme, pero enseguida me vuelvo protagonista cuando hablamos del moderno Puerto Madero , del viejo balneario de la Costanera Sur o del increíble Delta del Tigre, un lugar único e inolvidable.

Y soy así. Si después de todo lo que te conté, me vuelves a preguntar quién soy, seguramente seguiré enumerando nuevas palabras de mi vasto repertorio, inagotable te diría. Soy lo moderno y lo antiguo, el día y la noche, la trasnoche inclusive. Lo bueno, y lo malo. Amada u odiada, pero contradictoria como cualquier argentino. Soy al mismo tiempo todo lo que quieras que sea y cuando lo quieras ser. Y vale cambiar, de eso se trata esta hermosa ciudad.

¿Por qué? Simplemente porque Soy Buenos Aires.