Pasan los años y siempre nos enamora de vuelta ¡Vamos a San Telmo!
En San Telmo, los domingos, la protagonista de la velada es la Feria de Antigüedades, que despliega sus doscientos setenta puestos en l
El finde dicen vamos a tener mucho frío. La ola polar llega a nuestra hermosa Ciudad
Un circuito muy transitado en Buenos Aires.
Los objetos, conservados de antaño, suelen guardar en sus funciones y diseño, en su arte y confección, historias de la vida del pasado. Para conocer la ciudad y recorrer sus calles, para acercarse un poquito a aquellos que la habitaron, un buen plan es conocer las ferias de antigüedades que ofrece Buenos Aires.
Cualquier día de la semana puede transformarse en un buen momento para acercarse hasta Conde y Dorrego, en el límite entre los barrios de Palermo y Colegiales, donde se encuentra el Mercado de las Pulgas. Allí se ofrecen reliquias de verdadero valor.
Se trata de uno de los mercados de antigüedades más importantes de la ciudad, donde es posible encontrar muebles de todas las épocas, relojes, cuadros, arañas, artículos de porcelana, televisores, juguetes, máquinas de escribir, alhajas y objetos que sorprenden por su extravagancia y originalidad.
En San Telmo, los domingos, la protagonista de la velada es la Feria de Antigüedades, que despliega sus doscientos setenta puestos en la Plaza Dorrego, Humberto Primo y Defensa.
Con el objetivo de impulsar la recuperación del barrio, la Municipalidad dispuso que los vendedores se asentaran en la zona en 1970 y fue tan fuerte la identificación, que los comercios aledaños de a poco fueron transformándose en prestigiosos anticuarios.
Con la norma específica que determina que la mercadería debe ser anterior a los años sesenta, conviven en la feria rarezas que formaron parte de la vida cotidiana de los habitantes del pasado, como discos, revistas, los característicos sifones argentinos, muñecas de porcelana, carteles fileteados, prendas y joyas.
Los objetos traídos del exterior por los inmigrantes también forman parte de la oferta. Mantones, abanicos, pinturas, cajas musicales, adornos, billetes, monedas y cristalería son algunos de los recuerdos que pueden adquirirse entre el sinfín de artículos.