El Mercado de San Telmo
Se ubica en la manzana comprendida por las calles Bolívar, Carlos Calvo, Defensa y Estados Unidos.
La fachada del edificio, diseñado por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo e inaugurado en 1897, tiene características italianas y el interior presenta una estructura imponente hecha de cabreadas de hierro, sujetas en su gran mayoría por remaches con techos de chapa de zinc y vidrio.
El Mercado, que originalmente fue un establecimiento comunitario de alimentos y cuyo sótano fue utilizado como fábrica de cerveza, ocupa un cuarto de manzana y se ubica en medio de una zona considerada como el mercado de antigüedades más grande de Sudamérica, con más de 500 anticuarios.
Dentro del predio se pueden encontrar desde locales dedicados a la compra-venta de antigüedades y objetos inusuales de arte hasta puestos de venta de comestibles (por ejemplo, verdulerías y carnicerías).
Además, en el último mercado popular que aún funciona de la ciudad, y que mantiene la base edilicia de su época, se pueden encontrar todavía puestos que conservan su mármol de carrara original.
Sin dudas, entrar por uno de los tantos accesos al Mercado es transportarse a otra época de la ciudad porteña. Los techos son muy altos y la familiaridad con la que se tratan los comerciantes y los clientes resulta notable y muy extraña para los tiempos que corren.
También, claro, se puede disfrutar del aroma de las frutas y las verduras que, a diferencia de la mayoría de los locales actuales, no llevan conservantes o agregados artificiales.