La venganza será terrible
Los 3 partidos del viernes 13.
El frío atraviesa la noche en que no duermo. Pienso en la segunda jornada de la Copa Mundial, en los mensajes cruzados llenos de asombro por alguna jugada bien resuelta. ¿Qué es un gol? Es un tanto que se marca cuando una pelota cruza completamente la línea del arco. Pero un golazo es otra cosa. Es estar preparado de antemano, es, lisa y llanamente, hacer magia. Y eso fue lo que nos regaló este viernes 13 de “no te cases ni te embarques”.
Tres partidos se disputaron, y en todos hubo vencedores y vencidos. Ni un empate para el prode del pueblo. México superó a Camerún por la mínima diferencia bajo un aguacero, y con escándalo incluido. Es que en Natal sobre llovido, mojado. El estadio Arena das Dunas no está habilitado y nadie quería hacerse cargo si ocurría una desgracia. Peralta, el autor del único tanto, confesó al terminar el encuentro: “fue un partido complicado”.
El cierre del día estuvo a cargo de las bandas soporte, Chile y Australia. Algunos medios aseguran que el equipo de Sampaoli no brilló. ¿Qué quieren, que salgan a la cancha con el Blem bajo el brazo? El primer gol fue un toqueteo que dejó mareados a los australianos. No conté menos de seis toques. A los dos minutos entregó el crespón al rival, con un derechazo de Valdivia que parecía un maestro budista parado en medio del área, sin marca alguna. Paciencia y dirección: un solo corazón. Con un frentazo al segundo palo Cahill achicó la diferencia, pero llegó el tercero nomás, para ser la frutilla del postre.
El heavy metal salió al escenario bahiano a las 4 de la tarde. Fue la remake de la final de la copa del mundo 2010. Los holandeses se habían quedado con la naranja atragantada en la garganta y se lo hicieron saber a España. Con creces. El hasta ahora campeón cayó por un contundente 5-1. España recibió una paliza, y eso que no conoció el cinto de mi vieja. Casillas pedía por favor que terminara el partido. A Del Bosque se lo veía desahuciado, creo que apenas el árbitro pitó el final, lo llevaron a hacerse un chequeo médico completo.
Van Persie se encargó de abrir el telón. El primero fue un golazo. De cabeza. Y de palomita. Pero Arjen… Arjen Robben se robó, valga la redundancia, el partido. Sí, is a fucking brilliant player. Da cátedra de cómo dormir una pelota y salir jugando al toque. Y Casillas dio una mano o, mejor dicho, se olvidó ambas en la casa. El holandés dejó gateando al arquero español en el área chica mientras se divertía jugando al mareado con dos defensores. No era la cortina de un programa de Dolina, era la expiación naranja por la derrota sufrida hace inolvidables cuatro años.