La biblioteca de los isleños del Delta
A casi dos horas de lancha de la estación fluvial de Tigre se encuentra una historia mágica que cualquier porteño debe conocer alguna vez….
Un lugar mágico cerca de Buenos Aires
“Aquí los libros se mueven de un lado a otro, pero en canoas en la bibliolancha, la primera de Argentina”, cuenta Guillermina Weill, presidenta de la Biblioteca Genoveva, cuando nos acercamos a introducirnos en esta bella historia que tiene como protagonista a un legado “casi mágico”.
La historia, contada por muchos protagonistas (pero con el mismo argumento) dice que esta biblioteca debe su existencia al hallazgo de un testamento que perteneció a Genoveva Germana Agripina Lattuga y que había estado perdido durante décadas por la Municipalidad de San Fernando y era buscado por la mayoría de los isleños que habitaban la Segunda Sección del Delta del Paraná.
Como muchas de las historias que guarda el delta, esta se remite a los años de gloria y luego de ocaso, hasta resurgir finalmente en las últimas décadas donde la palabra “delta” volvió a cotizar no solo inmobiliariamente sino también por las atracciones turísticas y culturales que allí se suceden.
¿Quién fue Genoveva?
Genoveva, para sintetizar un poco su nombre, nació en París en 1896 y fue esposa de Absalón Rojas, quién fuera hermano del reconocido escritor-historiador Ricardo Rojas.
Cerca de su muerte, y estando conciente de que ello sucedería de un momento a otro, el 1 de abril de 1958, Genoveva decide donar sus casi 40 hectáreas de isla y monte sobre el arroyo Felicaria (Segunda Sección de Islas del Delta-Partido de San Fernando) para cumplir con uno de sus sueños: ayudar a sus queridos isleños en lo que refiere a salud y la cultura.
Tal como lo supuso, Genoveva falleció meses después y, lego sus tierras para el establecimiento de una Sala de Primeros Auxilios y para una Biblioteca Popular, que deberían construirse en lo que fuese la casa principal y la casa del personal.
Recuperar el testamento
Luego del legado, el 1° de Octubre de 1958 los isleños fundaron la Sociedad de Fomento Vecinal Arroyo Felicaria, inaugurando poco tiempo después la Sala de Primeros Auxilios y la Biblioteca. Exactamente en los lugares que Genoveva había querido.
Este “testamento” que debía inscribirse en la Municipalidad de San Fernando fue extraviado por la misma y por ese motivo, corría riesgo que el legado quedase trunco y así las tierras perderse en sucesiones, por lo que era necesario encontrar una copia del mismo.
¿Dónde estaba el original? ¿Nadie tenía una copia? ¿Quién fue el escribano de aquellos años? Durante años, los isleños se hacían estas preguntas y no podían contestarlas solos.
La Municipalidad de San Fernando “no tenía nada” y luego de años sin ocuparse del tema, los terrenos pasaron a tener intereses personales para el municipio.
Cambiar de vida
Por aquellos años, en pleno barrio de Recoleta, tres amigas reciben un mueble heredado y en él, en uno de sus cajones aparece un escrito donde a medida que transcurrían las palabras, iba legando cosas, dando indicaciones, órdenes, tareas: era, sin que ellas se den cuenta, el original del testamento.
Las mujeres tardaron tiempo en entenderlo, pero cuando comprendieron de que se trataba se dieron cuenta que lo mejor era devolverlo, llevarlo a la isla, “quizás alguien lo debe estar necesitando” cuenta Guillermina. Y así fue.
La historia agregará que dos de estas tres amigas se quedaron a vivir para siempre en las islas, y que sus vidas tendrían como objetivo desde ese momento que el testamento de Genoveva se cumpla.
Al tiempo que llegaron “las chicas”, la biblioteca comenzó a funcionar sin interrupciones, y desde esos años se encarga de suministrar y prestar libros a todas las escuelas de las Islas del delta de la Segunda Sección.
Desde el 1 de noviembre de 2008, la Biblioteca cuenta con acceso a Internet. De esta manera, todos los chicos que viven y estudian en las islas del Delta pueden conectarse, tener su propia cuenta de e-mail, chatear, jugar, informarse y conocer nuevos lugares a través de la red.
El 1 de octubre de 2018 la Biblioteca cumplirá 60 pirulos y los festejará tirando “la isla por la ventana”. Es que los conflictos con el Municipio, que al principio no quería reconocer el testamento, parecen parte del pasado. Hoy, autoridades e isleños trabajan a la par para que el testamento de Genoveva se cumpla.
Un centro de salud, la biblioteca y un futuro hogar de ancianos para que quién eligió las islas del delta no tenga que terminar sus días en el territorio, son los objetivos primordiales de este lugar en el mundo, donde los 365 días del año se despliega vida.
Por eso, si estás aburrido en la gran ciudad de Buenos Aires, a tan sólo 30 kilómetros te espera la estación fluvial de Tigre donde una lancha puede llevarte a este lugar mágico e inigualable: la Asociación de Fomento y Biblioteca Popular Santa Genoveva