No llores por mí Argentina. No pegamos una, ni en el fútbol....
Rusia parece ser un gran fracaso, el final anunciado de muchas cosas que están mal desde hace años.
Una verdadera vergüenza nacional, mundial, planetaria, parece ser el final anunciado de este Mundial de Rusia 2018 para el Seleccionado de Argentina.
La AFA es un verdadero nido de ratas corruptas, las mismas que siguieron la línea del corrupto y ladrón más grande que tuvo la historia del fútbol argentino (Julio Grondona y los suyos) y que hoy nos depositaron en esta triste realidad.
Chiqui Tapia el único mérito que tuvo para estar al frente de la Asociación del Fútbol Argentino es haber estado en el lugar justo y en el momento justo, gracias a familiares y amigos que lo dejaron ahí para hacerse cargo de algo que era obvio terminaba mal, muy mal.
Y no lo dejaron ahí de manera sana y legal, lo dejaron ahí luego de las bochornosas elecciones que le avisaron a Marcelo Tinelli que no era el momento de cambiar nada, que la corrupción se iba a quedar un largo rato más, hasta el Mundial de Rusia 2018.
A esto se le sumo algo que no ocurría antes: la anarquía de los jugadores, hoy millonarios, a quién nadie les dice lo que tienen que hacer o decir.
No hay autoridad hoy en el fútbol argentino para que una parte obedezca a la que imparte la orden.
Los jugadores no solo no le hacen caso al técnico de turno sino que el puesto de este es un mero disfraz que muestra que fue elegido simplemente por poner a alguno, y no porque se lo iba a obedecer.
La AFA ya no representa al fútbol argentino. Sus intereses lejos están de ser los de un país y más cerca quedaron de ser personales y mediocres. El partido pactado con el seleccionado de Israel (que se suspendió a horas de iniciarse) mostró a las claras que los dirigentes no tienen autoridad sobre los jugadores, lo cuál es lamentable.
Las eliminatorias, que se pasaron dando vergüenza y ganándole a un rival eliminado en la última fecha (Ecuador), mostraron que Argentina no le gana a nadie y que no tiene equipo, ni siquiera el mismo que la llevó a la final de Brasil en 2014.
¿Lo de ayer?
Es simplemente la crónica de una muerte anunciada donde Argentina es Argentina. Con una dirigencia impresentable, con jugadores millonarios que hacen lo que quieren, con técnicos que no existen porque se los contrató para sentarse solo en la silla del técnico, con un país que no solo no está representado por esta gentuza sino que se da cuenta que hay cosas más importantes que están pasando.
¿Te acordás la canción?
Brasil, decime que se siente.....
Cuatro años más tarde estamos peor que Brasil en la goleada histórica ante Alemania y lo más triste es que quienes dicen amar la Argentina lograron que el fútbol cada vez le importe a menos gente.
Gracias jugadores, cuerpo técnico, dirigentes....
¡¡¡ Lo peor está por venir !!!!