El Parque Lezama
El predio está ubicado entre las calles Defensa y Brasil, y las avenidas Martín García y Paseo Colón.
En el Parque Lezama se ubicaron las primeras casas construidas por los expedicionarios de Don Pedro de Mendoza, quien fuera el primer fundador de Buenos Aires en el año 1536.
En la época de la colonia, una importante familia inglesa era propietaria del Parque al que se conocía como “La quinta de los ingleses”. El estadounidense Carlos Horne lo compró en 1846 y construyó sobre la calle Defensa una aristocrática y señorial casona que fue sede de tertulias, fiestas, reuniones de funcionarios y las más tradicionales conspiraciones que en ese entonces vivía la nueva ciudad.
El éxito de una de las primeras fábricas de jabón que tuvo Buenos Aires, logró ponerla en manos del comerciante Daniel Mackinley para luego ser vendida por su viuda a José Gregorio de Lezama.
Este importante comerciante salteño trajo árboles y plantas exóticas, y decoró al predio con estatuas de importantes artistas del momento.
Fue en el año 1884, cuando Angela Alzaga de Lezama le vendió el predio a la Municipalidad y donó su mansión (hoy Museo Histórico Nacional), poniéndole como única cláusula que el lugar pasase a llamarse oficialmente “Parque Lezama”, en honor al amor que tenía su marido por este hermoso lugar.
El Parque pasó a ser público. Un anfiteatro, un cinematógrafo, una cancha de bochas, un circo y un ring de box donde se improvisaron las primeras peleas porteñas de este deporte fueron construidos en él.
Injustamente olvidado, el Parque Lezama ha recuperado en los últimos años su viejo don. Ese espíritu, que la literatura dejó escrito sobre una Buenos Aires que no volverá.