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La semana que viene.... ¡¡¡¡Vivan los ñoquis!!!!

¿Te los vas a perder otra vez? Más vale ñoqui en mano que ñoquis volando.

A muchos no les interesan las tradiciones, a otros sì.

La de los ñoquis es algo muy argentino, sobre todo para los que hoy tenemos más de 40 años.

Los amasaban nuestras abuelas, nuestras madres y también nosotros.

Y era lindo ver todo el proceso, la harina blanca, cortarlos iguales, preparar el estofado.

Y hoy muchos sabemos que si es 29 y no comemos ñoquis algo estamos haciendo mal seguramente.

No es por una cuestión de suerte sino por tradición. La costumbre se remonta al siglo 18 y a un joven médico llamado Pantaleón.

Juntarse a comer ñoquis es una excusa perfecta para encontrarnos con amigos, familia o pareja y disfrutar de un maravilloso plato que desde hace años se ha convertido en un clásico y que logra que todos los días 29 se hable del mismo ritual.

Pero…¿Por qué los 29 se comen ñoquis?

Bautizados como gnocchis o ñoquis, esta receta ha logrado al igual que la pizza traspasar fronteras y abrirse paso a nuevos gustos, incluso con la llegada de los nuevos gourmets que han logrado revolucionar la cocina de los últimos tiempos.

De papa, verdura, calabaza o queso, con fileto, manteca, pesto o bolognesa, el plato tiene una historia digna de contarse.

Esta deliciosa tradición se remonta al siglo 18. Cuentan que un joven médico de nombre Pantaleón (hoy ya famoso y conocido por nosotros como "San Pantaleón"), solía peregrinar por Italia, curando a los enfermos y ayudando a los pobres.

Esto logró que su nombre comenzara a circular por distintos pueblos italianos y así, su nombre empezó a escucharse, de boca en boca, por toda Italia.

Lo cierto es que en una de esas peregrinaciones, el médico llegó a una de las casas de pescadores más humildes de uno de estos pueblitos y le pidió a una familia si podía sentarse a comer con ellos, ya que se encontraba muy cansando y estaba con hambre.

Les agradeció y les anticipó "un año de pesca y cosechas excelentes" antes de retirarse.

La profecía se cumplió a rajatabla y este día en el que el médico se sentó a comer en la mesa de la familia sucedió exactamente un día 29, de ahí que los campesinos y pescadores del lugar guardaron en la memoria la fecha exacta del encuentro que por supuesto, les trajo mucha suerte.

De ahí la tradición de comer cada día los ñoquis del 29, y esta comida se hizo costumbre. ¿Pero de dónde viene la idea de poner dinero debajo del plato?

La modernidad toma lo bueno de las tradiciones y las resignifica, de manera tal que las recupera a los tiempos modernos que corren.

La esperanza que sembró Pantaleón en estos campesinos y pescadores, ahora se encuentra puesta en el símbolo mismo de depositar debajo de un plato los buenos deseos para que algo bueno ocurra.

La llegada de los ñoquis a las cartas de los restaurantes se remonta a los griegos y romanos, que adoptaron esta forma de trabajar la masa en pequeñas porciones que luego de hervir y ablandar en agua, servían con excelentes salsas caseras.

Los romanos los habían bautizado “macarrones”, y más tarde, adoptaron el nombre que hoy llevan: ñoquis.

Los ñoquis son hoy un clásico exportado de Italia al mundo, logrando que cada país fuese modificando según sus gustos la forma de prepararlos y hasta cocinarlos: distintas harinas, distintos ingredientes, distintas salsas.

Las malas lenguas sostienen en cambio que a fin de mes siempre escasea el dinero y los ñoquis, que son baratos, sirven para dar de comer hasta que los primeros días del nuevo mes traigan otra vez alimentos más saludables.
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Lo cierto es que la costumbre llegó para quedarse y se mantiene intacta a pesar del paso de los siglos. Por eso cada 29 se convirtió en una excusa perfecta para disfrutar este plato con la familia y amigos, pasando un buen momento en torno a la mesa.

Eso es lo más importante de todo.