La Catedral de Buenos Aires
La fachada está inspirada en el palacio Bordón de París.
Fundada por colonizadores españoles, la ciudad de Buenos Aires recibió la impronta de la fe católica, por lo que prontamente se le instaló una capilla en derredor de la plaza central. Se sabe que para 1587 ya había una modesta iglesia en lo que hoy es Rivadavia y Reconquista. Seis años más tarde se levanta el primer edificio de hierro y paja en el actual solar de la Catedral, categoría a la que llegó en 1620.
Posteriormente, se realizaron diversas modificaciones y nuevos edificios, en cuenta que Buenos Aires ha sido siempre una ciudad húmeda y con lluvias torrenciales en verano, lo que deterioraba los techos con frecuencia.
Finalmente el Presidente Bernardino Rivadavia construyó el actual edificio, inaugurado en 1821. La fachada está inspirada en el palacio Bordón de París y, como no podía ser de otra manera, es obra de dos arquitectos franceses, aunque terminada por el arquitecto Canale en 1860. Las doce columnas representan a los doce apóstoles de Jesús.
En 1836 se amplió la iglesia hacia el lado de la actual calle Bartolomé Mitre. De esta época son los bancos reclinatorios de nogal.
En el interior se encuentra el Mausoleo del General José de San Martín. El diseño de la capilla pertenece al arquitecto sueco Enrique Aberg. Los restos del “Padre de la Patria” fueron repatriados en 1880. Luego de una emotiva recorrida por la ciudad fueron llevados a la Catedral en solemne ceremonia encabezada por el Presidente Nicolás Avellaneda.
También descansan allí el general Juan Gregorio de Las Heras, en una urna de bronce obsequiada por el pueblo de Chile en 1906; el soldado desconocido de las guerras de la Independencia en un simbolismo que data de 1945; y el general Tomás Guido, gran amigo de San Martín cuyos restos se llevaron a esta ubicación en el centenario de su muerte, en 1966.