La Biblioteca Nacional
Por su patrimonio y antigüedad es considerada la Biblioteca más importante del país y una de las más reconocidas de toda América.
Sólo cuatro meses después de la Revolución de Mayo de 1810 se creó la Biblioteca Nacional, cuyo nombre original fue Biblioteca Pública de Buenos Aires, obedeciendo a un decreto de la Junta de Gobierno de la citada revolución.
Si bien en sus orígenes estuvo ubicada en la Manzana de las Luces, en la intersección de las calles Moreno y Perú, luego se trasladó a la calle México 564.
Reconocidas personalidades de la cultura vernácula fueron presidentes de esta institución. Por ejemplo, ni más ni menos que el escritor Jorge Luis Borges, quien promovió la construcción del actual edificio.
En 1960 una ley nacional destinó tres hectáreas para la construcción de la nueva sede, entre las avenidas del Libertador, Las Heras y las calles Agüero y Austria.
El proyecto fue realizado por tres reconocidos arquitectos del país: Clorindo Testa, Alicia D. Cazzanica y Francisco Bullrich. La obra comenzó en 1971, aunque recién finalizó en abril de 1992. El edificio está integrado por tres enormes depósitos subterráneos y un cuerpo sobre-elevado que se sostiene sobre cuatro grandes columnas.
En un nivel semienterrado se halla una gran terraza de acceso, a la cual se llega desde los cuatro costados por escaleras y rampas. Esta es la entrada de acceso al público. El cuerpo sobre-elevado tiene dos niveles: en el superior está la sala principal de lectura, con capacidad para cuatrocientas personas.
La Biblioteca Nacional alberga mayormente ejemplares del acervo cultural nacional, como las ediciones príncipe del “Martín Fierro” de José Hernández y del “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento.
Cuenta, entre sus más preciados valores, con veinte incunables, como la “Divina Comedia” de Dante Alighieri –original de la Venecia de 1484- y varias obras de importantes autores foráneos.