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Floralis Genérica

Sus pétalos miden 13 metros de largo, 7 de ancho, y cada uno de ellos pesa 4.000 kilos...

Floralis Genérica nació en Buenos Aires de la mano del arquitecto argentino Eduardo Catalana, quien fue profesor de la Arquitectura Association School de Londres, de la Escuela de Diseño de la Universidad de Carolina del Norte y profesor emérito del MIT.

Catalana residió desde los años ’50 en Estados Unidos y, como corolario a una brillante carrera profesional, decidió hacerle este monumental regalo a su muy querida ciudad de Buenos Aires, al que él definió como “obra ambiental”.

La flor donada por Catalana es una escultura móvil de acero que se encuentra emplazada en la Plaza Naciones Unidas, en las calles Figueroa Alcorta y Tagle, una plaza de cuatro hectáreas custodiadas por el Canal de TV Pública y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Floralis Genérica fue trasladada desde Córdoba, donde fue construida entre enero de 2001 y febrero de 2002 con un costo de 500 mil dólares. Sus pétalos miden 13 metros de largo, 7 de ancho, y cada uno de ellos pesa 4.000 kilos. El peso total de la obra es de 18 toneladas.

La flor, de 32 metros de diámetro y 23 metros de altura, está comandada por un sistema hidráulico central, lo cual permite que se abra y se cierre de acuerdo a la hora del día o la fecha del calendario, mediante un sistema regulado por un reloj.

Cuando la flor se cierra, además, 12 proyectores con lámparas halógenas de color rojo iluminan la superficie interior de los pétalos, brindando un deslumbrante espectáculo para la vista en medio de un sector de Recoleta dominado por preciosos espacios verdes. Y cuando la velocidad del viento supera los 80 kilómetros por hora durante un tiempo mayor a 60 segundos, automáticamente Floralis Genérica cierra sus pétalos.