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La Plaza de Mayo

Por allí desfilaron y desfilan numerosas manifestaciones de distinta índole que escriben parte de nuestra historia...

La Plaza de Mayo se ubica entre las calles H. Yrigoyen, Bolívar, Rivadavia y 25 de Mayo. Fue Juan de Garay quien asignó esta manzana como destino.

Hasta la demolición de la Recova, en 1883, estaba dividida en dos plazas: la del Fuerte hacia el este y la de la Victoria hacia el poniente. Durante varios años fue un importante centro comercial de gran actividad mezclada con la vida social y política de las instituciones que la rodeaban, como el Cabildo, el fuerte y la iglesia.

La Plaza se encuentra rodeada por significativos edificios: al norte, el Banco de la Nación y la Catedral Metropolitana; al este, la Casa Rosada y, al sur, el Antiguo Congreso Nacional.

La Pirámide de Mayo, ubicada en el centro de la Plaza es obra de Francisco Cañete y fue construida en 1811 para el primer aniversario de la Revolución de Mayo. Originalmente, el monumento medía sólo catorce metros de alto hasta que en 1857, el ingeniero Prilidiano Pueyrredón, la elevó cuatro metros más y colocó la estatua de la Libertad en la cúspide, obra de J. Dubourdieu.

La estatua ecuestre del general Manuel Belgrano, ubicada frente a la Casa Rosada, fue realizada por los escultores Manuel de Santa Coloma y Albert Carriere-Belleuse.

Ya hacia 1900, la Plaza de Mayo fue parquizada por el reconocido paisajista francés Carlos Thays, con palmeras traídas exclusivamente desde Río de Janeiro.

Sin lugar a dudas no hay Plaza más significativa para la historia argentina. El paso de los años la constituyeron como un símbolo de gran impronta nacional y como testigo fiel de sucesos históricos trascendentales y, en muchos casos, también trágicos.