Pasaje Zelaya
Un lugar que revaloriza la historia del barrio donde creció el inolvidable “zorzal criollo” Carlos Gardel.
El Pasaje Zelaya está compuesto por una calle cortada de dos cuadras que se encuentra entre Agüero y Jean Jaurés.
Es que el pasaje Zelaya se insertó en un proyecto de la Ciudad que se denominó “Arte Público”, en el que participaron artistas nacionales. Por ejemplo, Marino Santa María fue quien realizó las pintadas en algunos frentes de la cortada.
Además de apelar a los colores y al Arte Pop para retratar la estampa de Gardel, Santa María le dio un uso especial a las fachadas: utilizó las paredes como soporte para reproducir las partituras, a escala gigante, de las canciones que definen a este particular microclima cultural.
“Mi Buenos Aires querido”, “Cuando tú no estás” o “Melodía de arrabal” son algunas de las letras retratadas, cada una, claro, con su respectivo pentagrama.
El escenario arrabalero que dibuja el pasaje Zelaya se completa cuando se organizan espectáculos musicales y varias orquestas de Buenos Aires deslumbran en los conciertos que se llevan a cabo en las esquinas del pasaje.
También se dan cita en el lugar las ferias artesanales y los encuentros populares en el que actores callejeros y músicos conjugan sus talentos para deleite de los vecinos y los turistas.
En sintonía con el pasaje Carlos Gardel y el Paseo del Fileteado, el Pasaje Zelaya comparte los colores y la historia de un barrio que fue testigo y protagonista de una época en la que brillaron los cantores de tango y los músicos, y en la que los malevos solían pelear con cuchillo para definir quién era el “más guapo” del lugar.