Bar El Federal
Es uno de los cafés notables de la ciudad, según lo estableció la Legislatura porteña en el 2004.
Ubicado en la esquina de Perú y Carlos Calvo, este café histórico tiene dos accesos, al ingresar por la esquina se puede disfrutar -antes de traspasar la puerta vaivén- de varios objetos argentinos que fueron cotidianos en otros tiempos.
Por ejemplo, una lata de té Manila, botellas de Martini, y los tradicionales tarros de polvo para hornear Royal.
También se destaca por su esplendor el maravilloso arco del vitreaux que se alza en el mostrador, a veces glorificado por los destellos del sol que se cuela por las ventanas.
Asimismo, El Federal tiene un salón principal que deslumbra por su barra levantada a la altura de la cintura, una suerte de mesa escritorio ideal para sentarse a leer el diario y codearse con la bandeja de las medialunas.
Luego, se encuentran unas pocas mesas pequeñas que se enfilan contra las ventanas y desde las cuales se pueden admirar numerosas fotografías que retratan la Buenos Aires de principios de siglo XX.
Más adelante, a través de otra puerta vaivén, se puede acceder a otro salón cuyas paredes están tapizadas de antiguas publicidades argentinas como las de Cinzano, Cerveza Quilmes, Ginebra Bols, Toddy, Cafiaspirina y, por supuesto, la infaltable imagen de la cabeza remachada de Geniol.
En el fondo del establecimiento, se ubica un mostrador que representa el viejo almacén de despacho de bebidas que el bar fue hacia fines del siglo XIX.
Incluso hay una barra de fierro que va de lado a lado, sobre la que cuelgan jamones, chorizos, bondiolas y un viejo mechero.
Y como si esto fuera poco, en El Federal también se puede disfrutar de las mejores variedades de quesos y fiambres, riquísimas tortillas y un delicioso y único pan casero que le da un toque más de distinción a la comida que puede degustarse en este tradicional lugar de Buenos Aires.