¿Por qué los porteños arrancamos el día con un café?
No hay como empezar el día sin un café. Se puede con un buen mate, pero eso ya es otra nota....
Ideal para empezar el día
Para algunos, es imposible empezar el día sin un café. Sólo, con leche, cortado, americano, en jarrito, con crema, las variables son infinitas. El espíritu el mismo.
El café se obtiene tostando y moliendo las semillas de la planta de café. Algo tan simple y sencillo se ha convertido no solo en una industria global sino que a pasado de generación en generación a lo largo de miles de años, llegando a lugares del planeta impensados.
Pero… ¿por qué el café nos despierta? El café es una bebida cuyo contenido de cafeína resulta altamente estimulante para el hombre.
Se podría decir, sin errar, que “pone a funcionar el cuerpo de inmediato” y es por ello que la mayoría de quienes lo consumen lo hacen durante el desayuno, después del almuerzo, en la merienda y hasta después de cenar, aunque los médicos sostengan que no tomar café no ayuda a la hora de dormir.
Si existe una infusión que logró unir a sociedades tan distintas esa es el café. El hecho de no tener alcohol hace que sea bien vista por la mayoría de sus consumidores y que resalte la elección diaria entre los propios.
Generalmente se lo toma sólo (bautizada esta forma como negro) o con leche (en este caso de acuerdo a la cantidad de leche) recibiendo el nombre de con leche, cortado, lágrima, etc etc.
Pero también están los exquisitos que le suelen añadir otros sabores como ser chocolate, crema o licores para aromatizar su gusto y hacerlo distinto. La mayoría lo sirve habitualmente caliente, pero también hay quienes gustan tomarlo frío o con hielo.
Una infusión bien global
La planta de café se cultiva principalmente en países tropicales y subtropicales, tanto en el Caribe como en las grandes superficies de América del Sur, de países como Colombia o Brasil, cuyos granos son famosos por su calidad y se comercializan a lo largo de todo el planeta.
A lo largo de la historia, los cafetales han elaborado sus granos dando vida, riqueza y trabajo a millones de hombres y mujeres a lo largo de todo el planeta.
La historia de la humanidad siempre tuvo un café de por medio y en los tiempos que hoy corren existen infinitas fincas familiares en más de ochenta países del mundo que cultivan los granos para las 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario en todo el planeta.
La ciudad de Buenos Aires, al igual que las grandes ciudades del mundo, posee sus propios bares y cafés típicos y notables, históricos e inigualables, donde la infusión es, desde hace más de cien años, la gran protagonista de cada día que nos pasa.