El alfajor Havanna, un clásico argentino y ahora porteño
Lo mejor de disfrutar un Havanna en cualquier parte de la ciudad...
Fueron tres los creadores de los alfajores Havanna, que a casi 100 años de su creación, son para muchos argentinos los mejores alfajores que supieron interpretar de manera perfecta el gusto de los argentinos: es decir, los más “argentos” de todos.
Demetrio Elíades -comerciante especializado en bombonería-, Luis Sbaraglini y Benjamín Sisterna -ambos al frente de una fábrica de alfajores en Capital Federal, desde 1939 llamados “Gran Casino”- desarrollan una innovadora fórmula de alfajores, y comienzan a ser conocidos literalmente “de boca en boca” por los marplatenses y por los primeros turistas que llegan a la Feliz.
La historia, en este caso, es más que dulce. El 6 de enero de 1948 Havanna abrió su fábrica y salón de ventas, con elaboración a la vista, y allí se produjo el primer día de ventas. Desde ese momento, las ventas nunca pararon y superaron las expectativas que se habían hecho por aquellos años los dueños y propietarios de la fábrica.
La pequeña Havanna estaba compuesta por solo dos obreros, un maestro pastelero y un ayudante. Esta pequeña “pyme”, era desde ya manejada y atendida por sus socios fundadores que colaboraban también en la venta, empaque y demás actividades que sirvieron para arrancar con la próspera empresa.
La fábrica estaba ubicada en la esquina de las calles Buenos Aires y Rivadavia, frente al Casino Central de Mar del Plata.
Tal fue el éxito de Havanna en Mar del Plata, que rápidamente comienza a expandirse a otras ciudades de la costa atlántica, logrando además de alfajores llevar a la boca de los argentinos otros tesoros impensados para aquellos años, uno de ellos la famosa galletita rellena con limón y bañada con chocolate.
Hoy, Havanna se expande por todo el mundo, en especial en aquellos países de habla hispana donde todo el mundo que conoció Mar del Plata quiere volver a tener ese recuerdo tan solo con morder un alfajor.
Todavía falta mucho para que se cumplan los primeros 100 años de vida. Lo cierto es que cuesta pensar que existirá algún día un alfajor que podrá desterrar a los Havannas del podio tan ganado de ser, desde su surgimiento, los N°1 del mercado, y sobre todo, del ADN de los argentinos.