El Pasaje Lanín vuelve a ser noticia. Barracas nunca estuvo tan linda
El Pasaje Lanín es hoy un referente del arte popular y pronto tendrá su propio día en la agenda porteña cultural.
Esta historia empezó hace mucho, cuando un “pebete” que había nacido en la calle Lanín 33, junto a sus amigos de cuadra, peloteaban y peloteaban una y otra vez los distintos frentes de las casas. Los vecinos se quejaban y respetar, por lo menos, la hora de la siesta era una condición irrevocable para que siguieran jugando después.
El chico creció y se convirtió en artista plástico y volvió a mirar los frentes de las casas pero con otras intenciones. Ahora en vez de acertarles un pelotazo, una broca se encargaría de darles magia. Empezó con su propia casa y luego siguió con la del resto de sus vecinos. Y de esta hermosa iniciativa no solo habla su barrio, su ciudad o su país, sino todo el planeta que, gracias a la inmediatez de las nuevas tecnologías y las redes sociales, hacen miles de kilómetros para aprender e imitarlo
El arte lo comenzó en su propia casa-taller y luego “revolucionó” literalmente al barrio. Su vecino de al lado (y amigo) le dijo “ y si haces lo mismo que casa” y así fueron “cayendo” uno a uno hasta que la cuadra pasó a tener una identidad propia distinta al resto de las cuadras del barrio.
“¿Viste lo que hicieron en el Lanín? Es horrible” dijeron muchos vecinos “envidiosos” de las cuadras cercanas, pero cuando todo el mundo empezó a hablar positivamente del cambio (pasa siempre), empezaron a lloverle a Santa María las ofertas para que el frente de muchas casas pase a transformarse en otra obra de arte urbana.
Luego de esta iniciativa, los propios vecinos fueron adornando las veredas y las iluminaron con LEDs.y casi sin pensarlo esta callecita del sur porteño cambió para siempre, con tres cuadras entre Suárez, Brandsen, las vías del Roca y Feijoó, que la misma gente inmortalizó con un pasacalles: “Gracias por revivir Lanín”.
Con el tiempo, Santa María supo que ‘Lanín” viene del nombre del volcán del sur y quiere decir algo así como ‘casi muerto’ en mapuche.
Santa Maria cuenta sobre su arte, "lo importante es tomar conciencia que o. Y el hecho de que buscaba un cambio en la comunicación de mi obra: que saliera de las galerías y los museos y que, en la calle, resultara imponente" y lo logré, ya que artistas de todo el mundo comenzaron a hacer lo mismo en sus casas, y en sus barrios donde viven.
Su trabajo en el Pasaje modernizó la zona y le dio un envión para que Barracas sea parte de la Barracas del siglo XXI.
" Para muchos, Barracas es tango nada más. Me acuerdo que mi viejo se iba a bailarlo a los boliches de La Boca. O la idea de que Barracas era sus fábricas. Las fábricas que cerraron hace rato... Una cosa es conocer y respetar la historia y otra es resistirse a ver cambios", cuenta el artista quién fue el primero que se animó a cambiar la historia.
Un verdadero artista popular