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Anduvimos por la ciudad de Paraná y ....¡¡¡ encontramos arte !!!!!

Paraná es hermosa por donde se la mire y siempre tiene algo lindo para mostrarnos. Mirá esta galería.

“Quién anda perdido encuentra más que quién anda encontrado”, dice un popular dicho español que prácticamente ya no se usa en estas tierras, pero que debería aplicar cada vez que alguien se deja llevar por las calles de una ciudad desconocida.

Algo así me pasó en Paraná, mientras daba vueltas a su plaza principal y por cuestiones indescifrables que tienen los cuerpos, mis pies (mis dos pies, solo ellos….) entraron de común acuerdo en la tradicional galería Flamingo , ubicada entre Urquiza y la conocida peatonal.

Las mesas perfectamente repartidas en el hall central invitaban al primer café del día (lo tomaría en minutos pero….) apareció en mi campo visual un obstáculo maravilloso que me atrajo hacia sí: uno de los locales de la galería, con sus cuadros, con sus miles de cuadros.

Infinitos, para sintetizarlos en una sola palabra, reposando en la planta baja y en el entrepiso de este verdadero tesoro invaluable que ahora tiene la ciudad de Paraná.

Coloridos, apagados, racionales, indescifrables, psicóticos, con relieve, lisos, en lápiz, al óleo, cuadrados, rectangulares, chicos, grandes, medianos, futuristas, abstractos, costumbristas, realistas, mágicos, paisajes, retratos, figurativos… En síntesis, para todos los gustos.

Solange, que atiende el lugar, me cuenta que el espacio se llama “erArte” y quiere decir Entre Ríos Arte.

Seguimos hablando y me sorprendo por todos los artistas entrerrianos que pintan muy bien y exponen allí, y aprendo que se trata de un espacio-atelier-exposición que abrió hace tan solo algunos meses.

Ella lo llama “Almacén de Arte” y me aclara que todas las obras que veo son originales.

“Del pintor al comprador” le digo, y me quedó pensando en el poder del lugar.

Saludo a Solange, que de arte sabe mucho, y me siento afuera en una de las mesas del café Flamingo para tratar de entender todo lo que acaba de pasar.

Llamo a la moza, pido un cortado en jarrito, me da la clave del wifi, prendo la notebook y googleo “erarte flamingo parana entre ríos…”.

Quiero ver si lo que acabo de ver y escuchar por Solange es cierto, y quienes están detrás de este castillo “todopoderoso” que se disfrazó de galería de arte y me alegró la mañana, el mediodía, la tarde, la noche, todo lo que vendrá de ahora en más cuando visite la ciudad de Paraná.

Leo una excelente nota que le hicieron a Amilcar Damonte en El Diario de Paraná.

Amilcar es un médico reconocido en la ciudad, amante de la música y coleccionista de arte y donde junto a un equipo integrado por Verónica Flores, Lucía Damonte y Avelina Raimundo decidió emprender este proyecto para “tender puentes que acerquen el arte a las personas y poner en contacto a la producción con el público”.

Me doy cuenta que aún saliendo de una pandemia global y con la crisis crónica económica, social y de valores que vive Argentina desde que tengo memoria, aún hay tiempo para el arte.

Lo hay para quienes siguen hablando con sus pinceles y colores.

Lo hay para quienes hacen un alto en sus rutinas cotidianas y se detienen a observar un cuadro, a mirar detalles, a ver que le pasaba al pintor en esa rara pincelada.

Lo hay para quienes exponen estos dos momentos tan distintos y tan necesarios: la producción y la recepción.

Lo hay para quienes más allá de ganar y hacer ganar dinero con el arte creen en la idea del más allá, de la eternidad de una obra de otro, de creer en el futuro sin nuestra propia existencia. Y eso no es algo de todos los días.

Me alegro y creo ahora entender porqué mis pies me llevaron hasta allí. Y lo entiendo más desde un lugar metafísico que racional, pidiéndome el segundo cortado de la mañana mientras escribo esta nota. Porque se lo merece erArte y todo lo que allí se propone.

“No todo está perdido” digo en voz alta y la moza me mira como diciendo “tan temprano y ya llegó el primer loco”.

Soy conciente que hablar solo es tan sano como reírse solo. Y que gracias a locos y locas, y loquitos que están por venir, el mundo seguirá siendo hermoso.