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La Avenida de Mayo

Un ícono de la Ciudad de Buenos Aires.

Bajo el gobierno del primer intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, comenzó a construirse esta avenida para unir con una perspectiva visual amplia las dos grandes instituciones del país con sus dos plazas principales: la de Mayo y la del Congreso. El primer tramo se abrió al público en 1894.

Fue la primera avenida que se construyó con edificios de alto en forma regular y ordenada, con un clásico estilo francés, si bien muchos de sus propietarios fueron españoles. En 1913 se inauguró bajo sus entrañas el primer subterráneo de América del Sur y dos años después se colocó en ella el primer cartel luminoso publicitario de la ciudad.

Muchos de los principales y más bonitos edificios de la belle epoque de nuestro país se encuentran en sus aceras, se destacan, desde la Plaza de Mayo hacia el oeste, el del Diario La Prensa, el restaurante Pedemonte, el gran Café Tortoni (de 1858 y el primero en colocar las mesas en la calle al estilo parisino), la Casona Gregorini en la esquina de Bernardo de Irigoyen (donde funcionaron varios cafés y confiterías), los hoteles París, Castelar, Chile y Majestic (luego de cruzar 9 de Julio), el teatro Avenida (centro de la actividad teatral española, con las visitas de ilustres como Jacinto Benavente, Federico García Lorca, Margarita Xirgu y Lola Membrives), los 36 Billares (el pionero de los billares, inaugurado en 1882), el edificio del diario Crítica (cuna de excelentes periodistas hasta su cierre en 1963), el edificio Barolo (desde cuya torre, un faro ubicado a 103 metros de altura servía de guía a los barcos del río de la Plata) y el de la compañía de seguros La Inmobiliaria (del año del Centenario, 1910).

También son muy interesantes los pasajes para comunicar la avenida con sus calles laterales paralelas, como el Urquiza Anchorena o el Barolo, e incluso con el subterráneo, como el Pasaje Roverano…